#ElEstante: El olvido que seremos
¿Cómo se elige a una persona de quien ha de narrarse una historia? ¿Quiénes poseen la valía suficiente para ser inmortalizados en un libro o una película? Las preguntas anteriores son, en verdad, tramposas: El valor de los personajes no radica en quiénes son o fueron, sino en la mirada de quien los retrata. Aun así, existen personas en quienes se combinan ambas perspectivas: la de ser alguien grande, y la de ser visto con ojos grandes. Es el caso de Héctor Abad Gómez, un médico colombiano especialista en salud pública que vivió en la Colombia del siglo XX.
El doctor Abad vio la profunda desigualdad en que vivía la sociedad de su país, y enfocó su vida en la mejora de las condiciones de vida de los suyos, como un convencido humanista que encontró en la docencia y el activismo una forma de vivir en el mundo, siendo uno con el mundo y uno para el mundo. Así lo fue hasta que el 25 de agosto de 1987 cuando fue asesinado por presuntos paramilitares en la ciudad de Medellín.
Si lo anterior puede sonar a una de tantas muertes en el que fue por años uno de los países más violentos –y tristes- del mundo, esta historia se opone a la banalización de la tragedia, evitando al mismo tiempo narrar la proeza de un héroe, en cambio, se inclina por la forma más honesta de contar el relato: hablar desde los sentimientos. Y es que es su hijo, el escritor Héctor Abad Faciolince quien escribe esta historia.
Y es así como lo que pudo convertirse en una reseña biográfica se convierte en auténtica literatura, aunque algo llama la atención: que, a contracorriente de la figura paterna común en las letras universales, Faciolince ame a su padre y sea correspondido.
Con ese amor a cuestas, y también con mucha rabia, El olvido que seremos retrata la vida de ese hombre bueno, amoroso y atípico, que en su muerte explica la vida de Medellín y de Colombia. “Luchaba por la vida y los sicarios le ganaron la batalla”, afirmó sobre él Carlos Gaviria en su funeral.
El libro entre lo hermoso y el dolor, entre el descubrimiento y el reconocimiento se adentra en el lector hasta el punto en el que confluyen la indignación y el amor, razón por la que, con todo el mérito se ha convertido en uno de los libros latinoamericanos más leídos de lo que va del siglo.
Ahora El olvido que seremos ha sido llevado al cine por el español David Trueba. Tras ganar el Goya y un buen número de reconocimientos está a unas semanas de llegar a Netflix en México. Un pretexto para leer o releer el libro de Abad Faciolince.
Por Jorge Alonso Espíritu
