«Bandera de México, legado de nuestros héroes…» ¿Recuerdas todavía estas palabras, que repetías los días lunes?
El Juramento a la Bandera puede ser uno de los recuerdos de infancia más presentes entre las y los mexicanos. Aunque no se trata de un protocolo oficial para con el lábaro patrio, está generalizada su recitación en los centros escolares de educación pública. Se realiza entre la entonación de Himno Nacional Mexicano y el segundo toque de bandera.
Por su parte, la ceremonia de honores a la bandera –que se realizan en las escuelas, sí está regulada por la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional, la cual dicta en su Artículo 15 del capítulo IV:
En los edificios de las autoridades e instituciones que prestan servicios educativos, deberá rendirse honores a la Bandera Nacional los lunes, al inicio de las labores escolares o en una hora que las propias autoridades e instituciones determinen en ese día, así como al inicio y fin del ciclo escolar.
El Juramento a la Bandera se realiza de pie, extendiendo la mano derecha usando el saludo romano con dirección a la bandera a partir de la frase “te prometemos ser siempre fieles”. El voto patriótico reza del siguiente modo:
Bandera de México,
legado de nuestros héroes,
símbolo de la unidad
de nuestros padres y de nuestros hermanos.
Te prometemos ser siempre fieles
a los principios de libertad
y de justicia que hacen de nuestra Patria
una nación independiente,
humana y generosa a la que entregamos nuestra existencia.
Firmes ya (para terminar con el saludo romano).
Pero ¿Quién es el autor del juramento a la bandera mexicano? La autoría del texto parece ser indeterminada, con origen en el siglo XIX.
Historia del juramento a la bandera
La Historia del Juramento a una bandera como símbolo de un Estado, en Occidente, proviene de Roma en los tiempos de la República. Hubo una evolución del alcance del juramento, inicialmente de los patricios, en el s. IV AC y luego extensivo a los plebeyos en el s. II AC, pasando a ser una obligación para todos los ciudadanos romanos.
Al principio el juramento se hacía en las distintas legiones del Ejército. Todos los ciudadanos a muy temprana edad, en la adolescencia, juraban a la Bandera o “Vexillum” de cada Legión, defender con su vida a Roma y luego al “Senado y al Pueblo de Roma”; lo hacían al inicio de sus carreras militares y en todas las magistraturas, hasta los Cónsules.
El ciudadano romano, de acuerdo a las “Civitas” y sus leyes civiles, con los derechos y obligaciones hacia la “Patria” o “Mater”, estaba al servicio del Estado teóricamente durante toda su vida, según normas que se fueron modificando en los tiempos del Imperio.
En la edad media la Vexilología (del latín “vexillum”), disciplina que estudia las banderas y estandartes, como lo define la Real Academia, es para muchos investigadores académicos una parte de la Heráldica que estudia los Escudos de Armas, aunque diferente en su análisis de estudio.
El concepto del Juramento al Pabellón o Bandera Nacional fue cambiando en su contenido a lo largo de la Historia y en especial con la caída del Imperio Romano.
En los Estados Unidos, los llamados “Padres Fundadores”, como Franklin, Jefferson y Hamilton, el héroe del Ejército y Primer presidente Gral. Jorge Washington, eran partidarios de inculcar el amor a la “Bandera de las Barras y Estrellas”, como símbolo de la Libertad. En ese aspecto, las dos más grandes figuras representativas del pensamiento liberal como Jefferson y Hamilton, eran coincidentes en que la “Bandera de la Unión” debía ser un factor de unidad de la Nación y un símbolo de la Libertad y la Democracia por la que se había luchado.
Algunos Estados del Norte de Nueva Inglaterra, New York, Pensilvania y luego Virginia, comenzaron en sus escuelas primarias y luego secundarias, a rendir honores a la Bandera de los EE. UU, acompañados de una oración religiosa al comienzo de las clases, a principios del siglo XIX. Pero recién después de la Guerra Civil de 1861-1865.
En nuestra Hispano América son muchos los ejemplos de impulsar el amor y el juramento a los Pabellones Nacionales.
En México se Jura el Pabellón o Bandera de México, de acuerdo a la Ley Federal de la “Fiesta Nacional de la Bandera Mexicana”, el 24 de febrero, tradición que proviene del s XIX, vinculada con las grandes figuras de la Historia de México, desde el Cura Hidalgo precursor de la Independencia con el “Grito de Dolores de 1810” y los grandes caudillos posteriores como Benito Juárez, Porfirio Díaz y las figuras de la Revolución Mexicana 1910 y la nueva Constitución. Dentro de los Ceremonias Protocolares del Juramento a la Bandera en los Centros de Enseñanza Primaria, Secundaria y Superior, se hace el llamado “Lábaro Patrio” en que los alumnos juran con su mano derecha al estilo romano, mirando al Pabellón o Bandera de México. (Torena, 2000)
La historia de los juramentos en el mundo es amplia, y sin duda cada una con la intención de enorgullecer al ser humano, creando una identidad que desafortunadamente solo en algunos países se mantiene con fervor, ya que, con la globalización, la constante evolución de las tecnologías y la falta de manejo correcto de las mismas, llevan al ser humano a perder esa identidad y amor por sus raíces, es trabajo de todos fortalecer esta identidad y darle el valor justo a los símbolos patrios.
Por: Prof. Juan Ricardo González Ramírez