Hacia una crianza positiva: límites con amor y respeto

Que nadie nos enseña a ser padres y madres es una frase que hemos escuchado miles de veces. La idea encierra mucho de realidad, aunque parezca, a decir verdad, una justificación. Y es que, para bien o mal, siempre hubo un círculo social dando consejos más o menos atinados a quienes tenían por primera vez un pequeño. 

El estilo de crianza dependía, así, de las tendencias sociales predominantes en cada periodo, respondiendo en México más a temas emocionales que científicos. Por ello tuvimos las generaciones restrictivas, las permisivas y las que deambularon confusas entre una y otra. 

Hoy, por fortuna, contamos con un acceso a la información inédito en la historia, y un cúmulo de conocimientos sobre la crianza sumamente robustos que nos dan una guía no exacta, pero sí pertinente, sobre cómo educar exitosamente a nuestros hijos, con ideas que llevan por delante el amor que les tenemos.

Para Almudena Palacios, “la crianza en positivo consiste en educar niños felices, desde el respeto y el amor hacía ellos. Fomentando y desarrollando habilidades y capacidades para que se conviertan en un adulto empático, autónomo, comunicativo…”, lo que sin duda supone un reto, pero uno que se acepta con gusto. 

Para lograr lo anterior, opinan los expertos, es necesario hallar el punto medio entre la restricción y la permisividad. asignando a los pequeños una libertad paulatina en la que ellos comprendan a los demás, respeten su entorno y sepan que sus decisiones conllevan consecuencias tanto positivas como negativas. Las claves para lograr lo anterior se encuentran en la comunicación. 

La comunicación por definición es activa, pero en la crianza positiva se vuelve aún más comprometida: En un artículo de la BBC, la educadora Lua Barros expresa que "Tenemos que hacer que los padres vean a los niños como individuos y que haya un respeto mutuo".

Para lograrlo, te presentamos estas sugerencias que te ayudarán a comenzar un camino positivo rumbo al mayor éxito de la relación con tus hijos, que incluya los logros integrales de la formación de los pequeños:

1. Hacer explícito el cariño: En los buenos momentos, decir con claridad “te quiero”, o “te amo”. Demostrar que así es y, en los momentos difíciles, como cuando se debe ser firme o hay tristeza, enfatizar en que las correcciones o determinaciones tomadas son desde el cariño: “hago esto porque te quiero”, es una frase que te puede ayudar mucho.

2. Están prohibidos los castigos corporales. Aunque hayamos crecido con ellos, no son necesarios y no ayudan en nada a la crianza positiva. A lo mucho harán que los niños nos obedezcan por miedo. Cada vez que sea necesario aplicar una medida disciplinaria piensa en qué aprendizaje obtendrá el niño. Cuando cometa una falta contra otras personas, que la medida sea reparadora del daño. 

3. Escucha: Trata de entender por qué tu hijo actuó de la manera que lo hizo. En ocasiones descubrirás que, aunque fue un accionar equivocado, no existe maldad en sus actos. Esto no lo exime de su responsabilidad, pero ayudará a evitar nuevas actitudes erradas. 

4. Establece límites. En palabras de la psicóloga Martha Monreal, del Centro Integral de psicología: 

Poner límites también es amar. Limitar el comportamiento de los hijos a menudo es visto negativamente, sin embargo, todos sabemos que las reglas y los límites son necesarios en nuestra vida diaria. Los instintos naturales de tu hijo necesitan una guía que a la voz de «no», «espera», «lo haremos más tarde», ayude a tu pequeño a respetar las reglas que más adelante, la sociedad le pida cumplir.   

5. Busca ayuda: Vayan bien o mal las cosas, asesórate constantemente. Busca apoyo en psicólogos, pedagogos y especialistas en crianza. En el Colegio Sn Ángel contamos con un departamento de Desarrollo humano, así como actividades como la escuela para padres que te darán herramientas para fortalecer la crianza positiva de tus pequeños 

Redacción Sn Ángel