Convivencia Familiar

Convivencia familiar: la mejor herramienta para niños felices

Hablar de educación infantil es poner en la mesa un amplio catálogo de temas de suma importancia que van desde los modelos educativos hasta el entorno social de los pequeños, pero pocos aspectos son tan relevantes como la convivencia familiar: de su solidez depende no sólo la capacidad de los pequeños para solucionar problemas, sino el carácter, su proactividad y, sobre todo, su propia felicidad.

Y es que la familia es no sólo el primer grupo social del ser humano, sino también el más determinante: las formas de actuar y de pensar de las personas comienzan muy temprano, como una forma de imitación de los comportamientos familiares. De allí que la familia sea un modelo, y que sea tan importante que ese modelo sea el más sano posible; sano en todas las acepciones posibles de la palabra, desde la salud física con ejemplos adecuados de higiene, alimentación, ejercicio, pero también desde la salud social, mental y emocional.

El concepto básico que está detrás de ello es el de la pertenencia: a los humanos nos gusta -necesitamos, de hecho- ser parte de grupos que nos acojan, nos enseñen y nos dejen participar, al solidificar esa pertenencia será más fuerte la experiencia individual también, dando certeza y confianza al niño para vivir en otras comunidades.

Sin embargo, la convivencia familiar no es una tarea para una etapa del desarrollo infantil, sino por lo contrario, es un reto permanente que debe ser practicado de forma consciente, continua y permanente, ofreciendo a los pequeños un lugar en el que se enlacen la diversión, la comprensión, la comunicación, los valores, la disciplina y la empatía.

Consejos para una convivencia familiar

A continuación, te presentamos algunos consejos para que la convivencia en tu hogar sea la mejor para tus hijos, impulsándolos hacia el éxito, el bienestar y la felicidad.

1.   Educa con amor. Demuestra a tus hijos que los quieres. No tengas miedo de expresar tu afecto de forma verbal, escrita o física. Recuerda también que hay muchos lenguajes para hablar de afecto, utilízalos

2.   Disciplina firme, pero sin herir sentimientos. Toma tiempo para hablar con ellos cuando sea necesario corregir, pero recuerda que las acciones incorrectas no hacen malo a tu hijo.

3.   Cuando tu hijo haga algo mal, las sanciones deben ser reparadoras en la medida de lo posible, no solo castigos y nunca castigos físicos.

4.   Sé sincero, pero positivo: festeja sus logros y anima a tu hijo o hija a ser mejor cada día. Cuando las cosas no le salgan bien, no hables de fracasos, sino de aprendizajes

5.   Convivan. La hora de la cena es ideal, pero el momento se puede ajustar a los horarios de la familia. Platiquen su día, sus alegrías y dificultades.

6.   Jueguen. Los niños aprenden a través de los juegos, así que interactuar con ellos a través de lo lúdico transmitirá a los pequeños un sin número de valores y lecciones, lo mismo por medio de juegos de mesa, deportes como futbol o basquetbol, videojuegos, muñecas, o juegos tradicionales.

7.   Haz a los pequeños partícipes de las decisiones de casa. Comiencen con cosas pequeñas como la distribución de los objetos o el color de las paredes, y luego con cosas como qué se va a comprar en la despensa. Esto dará confianza en sí mismos y fortalecerá la autoestima para desenvolverse socialmente

8.   Pon atención a sus necesidades y gustos: a veces es difícil para los adultos escuchar a los niños, pero ellos tienen sus propios intereses. Pon atención e involúcrate en la medida de lo posible con sus gustos e inquietudes. Ellos lo valorarán.

9.   No tengas miedo en tratar temas complejos. Si consideras que te falta información, consulta a los expertos, pero no evadas temas ni cierres puertas con tus hijos por conservar tabús. Confía en su inteligencia y ellos se mantendrán en comunicación contigo.

10.   Ayúdalos con sus deberes. Esto no significa que hagas su tarea o les simplifiques todo, sino que los acompañes en el proceso de aprendizaje. Que sepan que pueden contar contigo

  Con estos consejos sentarás las bases para tener niños más sanos, integrales y felices; y su éxito será reflejado en su bienestar y también en la escuela. 

Redacción Sn. Ángel

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